martes, 19 de marzo de 2013

ECONOMÍA Y SOCIEDAD


En la actualidad es imposible entender estos términos por separado, ya que están en una constante interacción. Se mueven dentro de un sistema basado en la ambigüedad y la contradicción, es decir, algunas veces se complementan y otras veces se repelen, pero existe una imposibilidad irrevocable de que exista uno sin el otro.

La sociedad en la que vivimos esta enferma, y esa enfermedad se ve incrementada en gran parte por la suciedad de la economía, por la avaricia que suscita el querer más. La enorme familiarización con términos como corrupción o fraude evidencian la existencia de un problema de gravedad que esta acabando con todos los valores sociales.

 La prueba de esta pérdida de moralidad se ve reflejada en la conversión de las ONG en grandes empresas, es decir en nuevos sistemas de dominación capaces de manipular mas eficazmente al individuo que cualquier entidad financiera.

Esta enfermedad de la sociedad esta teniendo consecuencias muy graves para los ciudadanos, que son incapaces de permanecer impasibles ante los escalofriantes acontecimientos a los que tienen que hacer frente. El aumento de enfermedades mentales seguido del consecuente aumento de medicamentos psicotrópicos es un dato que no se puede pasar por alto, y que esta estrechamente relacionado con la situación económica por la que atraviesa el país. Y no es para menos, porque todos los aspectos de una sociedad están regidos por el sistema económico. La educación, la sanidad, todos  los sectores de la población dependen de que a los gobernantes les de por hacer lo que deben hacer, y no lo que quieren.

A pesar de todo seria injusto ( y no tendría mucho sentido) echarle la culpa únicamente a los individuos que gobiernan, puesto que si seguimos la lógica del dinero, cualquiera que nos encontrásemos en su misma situación, actuaríamos de la misma forma. Esto quiere decir que si tuviéramos oportunidad por su puesto que robaríamos, por mucha moral de la que se presuma (sin herir sensibilidades). Para ilustrar esta afirmación tan polémica que acabo de hacer, no se me ocurre mejor ejemplo que recordar el experimento realizado por  un Stanley Milgram, psicólogo de la universidad de Yale que demostró en los años 60 que la obediencia a la autoridad no depende de factores de la personalidad, si no que depende de factores situacionales. Esto nos viene a explicar que nuestras actuaciones están sujetas a las circunstancias que nos rodean, por lo tanto no es a los individuos en cuestión a los que se debe juzgar, si no al sistema que propicia y permite esas actuaciones.

Con esto lo que quiero decir es que no se trata de buscar culpables y cortar cabezas, sino de cambiar la estructura del sistema que ha hecho que estas personas se comporten de esa manera.

En este ultimo año han surgido numerosos movimientos sociales que van en contra del sistema tal y como lo conocemos,  pero el problema esta en que no es tan fácil derrumbar un sistema cuyas bases económicas forman parte del paradigma social. Para que el cambio sea efectivo y real, es necesario propiciar una ruptura con el paradigma anterior y proponer nuevas formas para regir la vida de los individuos en todos sus ámbitos, no solo en el político.

Este cambio de paradigma esta más próximo de lo que parece, puesto que los acontecimientos producidos en los últimos años han hecho que cada vez mas personas se cuestionen los cimientos de nuestra sociedad, independientemente de ideologías, sexos o religiones. Personas de lo más variopintas y diferentes entre si entontan los mismos himnos o levantan las mismas pancartas porque por primera vez en la historia es más lo que los une que lo que los separa. Quizás sea cierto el refrán de que no hay mal que por bien no venga, y el hecho de que los ciudadanos de todo un país (que no se caracterizaba precisamente por el respeto mutuo) hayan empezado a colaborar juntos y a avanzar hacia un mismo fin es un gran avance social que no se debe pasar por alto.

Por tanto, es posible afirmar que la estructura económica de esta sociedad, tan perjudicial a priori, ha conseguido romper con todas las barreras que había construido un mal sistema educativo y una tradición y costumbres fundadas en la intolerancia. El necesario e imprescindible cambio de mentalidad por fin esta llegando a un país que estaba muy atrasado en temas sociales, aunque haya sido de forma paulatina. Ahora solo cabe esperar que la configuración de una nueva manera de ver y hacer las cosas no este sesgada de los radicalismos propios de los momentos de crisis, por que sino en lugar de ser un paso hacia delante, serán dos hacia atrás

Se me ocurre una anécdota que explica a la perfección la influencia de los individuos en las entidades financieras, y el poder que estos tienen a la hora de determinar el futuro de una entidad financiera. Se trata del denominado Mezcles Negro de 1929, en el cual un rumor de insolvencia del Last Nacional Bank, una vez creído por el numero suficiente de depositantes, daría por resultado la insolvencia real del banco ( que a priori era ficticia) cuando todos ellos hicieron cola para sacar sus ahorros y salvaguardar lo suyo.

Esto demuestra que el poder del individuo como ciudadano y parte por tanto de un sistema social, económico y político es muy fuerte. Si la acción de una gran numero de sujetos acabó con la estructura financiera de un notable banco, podría conseguir cualquier cosa.

En conclusión, ahora que los fines están completamente definidos, solo falta determinar a través de que medios se van a conseguir, y sin duda la movilización ciudadana es el más importante. Quedarse quieto como un vegetal  repitiendo consignas revolucionarias no sirve nada más que para crispar los nervios de los más sensibles, y entorpecen el camino de los que día a día luchan de verdad por configurar una nueva forma de hacer las cosas. 

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